De repente, la música.
Fulgor
inmemorial, emerge de lo absorto
y se estaciona
en estas anhelantes adyacencias
del silencio.
Mientras alguien se apropia,
estupidez supina.
¿Dónde se guarda lo bello?
no más allá de lo constreñido.
ja, ja, ja...
ResponderEliminarjajajaja,,,ja
ResponderEliminarjujujuju....jiji..jajaj
ResponderEliminarglu glu ñoc ñoc jajajaj....jojo
ResponderEliminar¿Puede ser el poema de Esther?.
ResponderEliminarMuy bueno.
S. Manrique.
sólo a medias
ResponderEliminarEsther
Me gusta pero mira ese no
ResponderEliminar¿sgae?
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