Atardece en la colina de tus labios.
El húmedo viento de abrilnos devuelve
las horas perdidas,
los días furtivos,
todo el amor incautado
sin previo aviso.Atardece,
y son las cálidas
huellas del deseo
las que abren manantiales
y fronteras de fuego.
Murmullos de jade recorren caminos
largo tiempo inescrutables.
Atardece,
y en tus labios empieza la aventura.
2 comentarios:
muy bueno
Gracias, Casa de Zitas por subir el poema. Y gracias, MiKaela-Z.
Un abrazo,
Marta Navarro
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