De repente, la música.
Fulgor
inmemorial, emerge de lo absorto
y se estaciona
en estas anhelantes adyacencias
del silencio.
Mientras alguien se apropia,
estupidez supina.
¿Dónde se guarda lo bello?
no más allá de lo constreñido.
8 comentarios:
ja, ja, ja...
jajajaja,,,ja
jujujuju....jiji..jajaj
glu glu ñoc ñoc jajajaj....jojo
¿Puede ser el poema de Esther?.
Muy bueno.
S. Manrique.
sólo a medias
Esther
Me gusta pero mira ese no
¿sgae?
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