
Abrazarte al salir junto a la puerta,
en camisón, descalza, despeinada,
blanda y mimosa de haber sido amada,
tibia de sábanas y mal despierta.
Y respirar en tu pechera abierta
la leve y tenebrosa bocanada
que sube de tu sexo caldeada
oliendo a pozo y algas y agua muerta;
oliendo a hongos metálicos, a fosa,
a sombra macerada, a exangüe yodo,
a fiebre en pena, a fósiles humores,
a exhaustos émbolos y a cal mucosa
-y añorar todo el día de este modo
una perversa Ítaca de olores.
Tomás Segovia.
3 comentarios:
bello
Bellísimo.
Me gusta Tomás Segovia. Ese escritor que en unos versos confiesa (o se le escapa...) el Edipo que nos gana a muchos hombres en las noches de luna llena:
"Por ti he empezado a descifrar
los signos de la vida,
de ti quisiera haberla recibido".
Publicar un comentario