CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA




He puesto en duda la calidad del viento;
y las gélidas noches que me has dado.
Tus palabras hirientes, tus desplantes,
los dudé con bombones y con flores.
He dudado de mí, haciéndome culpable.
Riendo mis heridas,
me obligaste a regar los crisantemos.
Ahora estoy aquí desnuda y sin palabras,
sin nada que ocultar,
todavía temblándome de miedo;
tras los cristales pasan
cien gritos y cien ojos inyectados en sangre,
impotentes y ciegos.
No deseo el regreso, ya no puedo.
No deben sospechar que me quedo postrada,

dejándome morir  en el sosiego.

Montse Grao

1 comentario:

Unknown dijo...

Este poema es de Montse Grao