Tan claro como la vida misma


Pedro, el oculista, ha salido corriendo. Su último cliente empezó leyendo “Z-A-S-F-S”; con caracteres más pequeños “p-a-r-t-y”; minúsculamente “t-r-a-u-c”; lo siguiente fue “p-a-p-e-r” -es la marca de agua.
Mas tarde, mirando con fijeza a través de la pared añadió “la enfermera está ojeando “El arte de amar”. Tras esto puso sus pupilas en el cuerpo del especialista y el vidente dijo: “Lo siento. Tan sólo le quedan tres horas de vida”.


E. Andaluz

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta mujer es buena, eh!, pero que muy buena. Sí, hay gente que diz que ve más allá del más allá; ese más allá que está muy pero que muy acá. Er Pepe.

Anónimo dijo...

Yo también lo digo con mis ojos de poco ver y con el alma de llegar lejos.
S. Manrique.

Unknown dijo...

Hola ziteros, como algunas veces digo a mi lo que me gusta es escribir. Y lo hago de lo que veo con mis ojos, con mis sentidos, con mi todo y más allá.
Besos

Anónimo dijo...

Buena calidad en el mini relato.
Felicisades a este espacio creativo de vuestro colectivo
Manolo

Alberto dijo...

¿Quién es este/a E. Andaluz?

Un micro-relato macro-bonito.